domingo, marzo 05, 2006

A LA NUBIA DEL PAÍS DE UAUAT

¡Qué extraño! ¿Cómo es posible que Caronte, ese viejo pensativo y barbudo os lleve de una margen a otra? Sólo carga en su barca las almas de los muertos. No acepta a los vivos ni a los muertos sin sepultura. Y vos estáis disfrutando de la vida.

¿Quién os ha permitido quebrantar la dirección del recorrido? ¿Cómo conseguiste, mi bella nubia, venida de más allá de la primera catarata, del país de Uauat, en Etiopía, salir de vuestra tumba bajo la higuera?

Me preguntáis: ¿Por qué esta sinrazón? Pues, es que, estoy atado a la rueda de Ixión. Doy vueltas continuamente, me persigo y huyo de mí. Intenté unirme a la diosa, y ofendí a los dioses. Debo cumplir su sentencia. Mas, no sé si podré. Si voy al Averno, allí me espera su sonrisa, y su figura se apodera de mí. Si me adentro bajo el sol de Hesperia donde, en lugar de césped hay ambrosía, las caricias de la diosa son como alas de mariposa de polvo dorado con olor a Paraíso.

¿Cómo podré desatarme de la rueda guardando un secreto de amor?

Podéis preguntar cuanto queráis, pero, solo os puedo decir: ni junco, ni pez, ni flor de nenúfar; solo Escriba del Faraón, escriba cuyo nombre no puede ser pronunciado, la palabra que lo nombra es sagrada como el nombre del Inefable.


Si el Nilo no llegara al azul desde el azul.
y mi nombre fuera descubierto, dejaría de soñar”


Mi nombre está guardado por Anubis, el chacal que guarda los secretos del otro mundo. Los escribas y sus nombres no deben ser conocidos, no son responsables de lo que dicen los faraones o sus personajes. El nombre de una persona es una señal capital del ser, sobrevive tras la muerte física.
ATHO

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