jueves, julio 24, 2008

ANTES DE PARTIR DE MAALULA HACIA LO DESCONOCIDO

No es como tú me escribes: no es que, me sienta más atraído por el destino indeciso de los dioses, que por las promesas que te hice.

Sí, recuerdo mis palabras en la casa de tu padre. Osiris, príncipe de la eternidad, las tiene gravadas en el muro de la Eternidad; declaré la verdad ante la mano de Neb-er-ter; mi promesa no es imagen en charcos de agua que la devuelva manchada con barro de la mentira.

Sí, allí nos esperan relatos, con la tristeza que venía en algunos momentos; las raíces de nuestras letras, sobre la tenue oscuridad de los barrancos. ¿Dónde la verdad? Ella siempre está en torno al busto de la fantasía. ¿Dónde nuestros sueños? La tempestad y la luz nos hacen olvidar el secreto. ¿Dónde la poesía? Se ha consumido casi en su totalidad para silenciar al canto de las ninfas.

En estos, y en esos valles del hermoso Nilo, cansado, y zarandeados por los vientos del destino, soy empujado por fuerzas de una libertad condenadas por los dioses.

Aquella tarde cuando cerrabas tus ojos; en tus labios, que era el lado más caliente de tu cara, deposité el beso de despedida y la promesa de acudir a la cita en la tierra de nuestros mayores.

Las nubes oscurecen la ciudad de Maalula y la tierra se levanta a los lejos con montañas preñadas de luz por una Vieja Luna. Un gorrión sacude la cabeza tras posarse a poca distancia de mí, recogiendo las migajas que he dejado caer de una hogaza de pan de cebada blanca. Pienso, que ahora llevamos aferrados al recuerdo, sin posibilidad de consuelo, las caricias del último día.

Te veo sentada en las escalinatas de acceso al templo de Net, -gran diseñadora de la vida-, cansada de buscar amores perdidos. Unos cuervos se posan entre las ramas de un hermoso sicomoro donde apoyas tu espalda desnuda. ¡Qué muralla de tristeza! Lágrimas que juegan con el espejo de tus mejillas. Quieras o no quieras, el recuerdo de un amor lejano es un gusano de luz que ciega.

Que este primer mes del verano dedicado al dios Pachón, te colme de salud y prosperidad, magnifique tu belleza y no permita que se llene tu corazón con la tristeza de la distancia.

BELIT SERI

viernes, junio 20, 2008

DESDE MAALULA



He tardado en escribir, acabo de regresar. Te voy a contar lo que nadie sabe, solo tú, bella dama del Nilo, sabrás donde he estado. No lo cuentes a nadie, es tan increíble que se reirán de ti. Y a mí me tacharán de fantasma.
Acompañé a Menipo el filósofo cínico, a Carmoleo de Mégara, cuyo valor de sus besos es de dos talentos, a Lampico, el tirano de Gela, a Damasias, el atleta, a Cratón el rico, a un general, un filósofo, a un orador, que no supe de dónde eran.
Hermes nos acompañó hasta la Laguna, allí nos recibió Caronte. Tenía curiosidad por visitar el Inframundo.
Para poder subir a la barca, carcomida y llena de agujeros, todos debíamos de desprendernos de la carga que portáramos: Menipo arrojó la alforja y el bastón; Carmoleo, los besos de sus labios; Lampico, las riquezas atesoradas a costa de sus súbditos, su crueldad, su locura y su cólera; Damasias, fue obligado a desprenderse de sus músculos, coronas y aplausos; Cratón, dejó en la orilla placeres, riquezas, linajes y gloria. El general, dejó los honores de sus victorias y las armas, pues le dijeron que, en el infierno hay paz. Yo no lo creí. El filósofo, la vanidad, charlatanería y palabras sin sustancia, el orgullo y pensar que eres el mejor y, sobre todo, desprenderse de la adulación que tanto había empleado.
Yo le dije:
- Hermes, yo, Belit Seri, Escriba de Alejandría, Cazador de Sueños Imposibles, ya estoy desnudo, ¿puedo subir?
-No puedes. Antes debes dejar tus sueños con la luz, el ruido de las estrellas que guardas en tu voz, las quimeras que escondes en ese rincón oscuro de tus pensamientos, tus recuerdos de las tierras fértiles del Nilo, las dudas de tu destino, tus amores escondidos entre relatos y poemas que mienten, y la confianza de que Uxa espera tu vuelta en los jardines de Tebas.
-Hermes, no puedo. No quiero acompañar a Caronte.
-Bien, puedes ir, no tendrás más oportunidades. Pero, no olvides el infierno te esperará si no cambia tu manera de pensar.
Fui trasportado por una fuerza desconocida y depositado en una calle de Maalula, pueblo montañoso a poca distancia de Damasco, desde donde te escribo. Sus habitantes hablan arameo, el lenguaje de Cristo. Solo he aprendido a decir: Ibla Jatita “Hola”.
Seguramente iré a unirme al infinito y, no habré regresado a Alejandría. Los gorriones entre las madreselvas no descansan. Amiga Uxa, sus ojos murmuran relámpagos. Y puedo leer en ellos: “Y, de las últimas caricias, qué”. Estoy amarrado. Las sombras de la noche van bajando. Mi extraña vida, gota a gota, es zarandeada por un viento ebrio. Solo unos hilos de silencio nos unen. Todo parece irreal, reflejos de un vidrio oscuro. Gritaré. En mi diccionario faltan palabras para expresarme. Me pierdo entre raíces y poemas. El limo que deja el Nilo y fertiliza nuestra tierra, esconde en sus entrañas la verdad.
En un rincón lejano, la promesa del encuentro. Todo es impreciso. Todo se yergue demasiado frágil. Solo las cadenas de la realidad erigidas en dueñas, me sujetan sobre el abismo.
BELIT-SERI

miércoles, mayo 28, 2008

ENTRE LOS DESCENDIENTES DE KOZAR


-Belit entre los descendientes de KOZAR, hijo de TOGARMES, nieto de JAFET, hijo de NOÉ.-


Los intranquilos vuelos de las abejas siguen escribiendo mi destino. En el bosque de los deseo, las mariposas cansadas de no haber encontrar el grito que llama al amor, depositan sobre los tulipanes que se mecen en un silencio vacío, todos aquellos besos que no quisiste recibir.
Si.
-¡A dónde vamos! –me preguntaste.
-Ten cuidado, podemos saltar a la realidad y perderlo todo –contesté. Hay que soñar la luz, el ruido de la vida y el grito de las estrellas que brillan alegres a pesar de todo. Si la tierra se hunde bajo nuestros sueños, el cielo nos recibirá pero… ¿cómo? ¡Destrozados!
Caminaremos por esta vida como las cucarachas “rubia” que, aunque tienen alas no pueden volar. Si permanecemos en nuestros sueños, podremos estar entre los inmortales que caminan hacia la puerta de NOTO, solo accesible a los dioses. Y, en las noches, como en todo Egipto, noches largas de tristeza, arderán como en la Fiesta de las Luminarias, las lámparas de sal y aceite, que espantarán nuestras aflicciones.
En esta vida, como en el Oasis de Siwa, existen dos soles, el real y el que se refleja en el lago. Este último, es el más hermoso, tiembla a veces, cambia de color y nos podremos bañar desnudos en sus colores ardientes.
Te escribo desde los Pirineos. Estamos descansando. Formo parte de la embajada de Constantino VIII, con destino Córdoba, llevamos un libro para Hasday Ben Chaprut, de parte del Rey Cuzarí IOSEF, que narra la conversión de sus antepasados al judaísmo. En esa capital de “El-Ándalus” viven muchos judíos descendientes de los Jázaros, que fueron vencidos y expulsados de su imperio por príncipes moscovitas. Nos acompaña un monje que se hace llamar Nicolás. Bizancio lo ha mandado con la instrucción de traducir al latín el tratado médico de Dioscórides, un texto científico del siglo I.
En Córdoba, donde vive y trabaja Rabí Deuda Haleví, la historia de los Jazaros constituye una realidad muy vivida, puesto que, como te he dicho, numerosas familias de la ciudad pretenden descender de ellos.
Verás.
Ayer caminé por un bosque de pinos, uno de ellos me llamó: “Soy Atis, el amado de Cibeles, ella me enloqueció hasta morir por yo amar a Sagaritis. Arrepentida de su maleficio me convirtió en el pino en el que estas apoyado. ¡Por favor! Id al rio que nace cerca de esa montaña que veis en frente, y traedme noticias de mi ninfa amada”.
Obedecí.
La encontré junto a la fuente donde nace el río más hermoso. Me contó que, le seguía queriendo y que, siempre lo esperará.
Volví.
Le conté todo lo que me dijo: sus agujas resplandecieron como esmeraldas. Me estrechó entre sus ramas impregnándome perfumes de la Arcadia Feliz.
¿Escribieron nuestro destino las mismas abejas?
BELIT