martes, noviembre 29, 2011

SOLO VIVE AQUEL QUE ES LLAMADO POR SU VERDADERO NOMBRE

 

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Recuerdo cuando fuimos a la Ciudad de las dos Sandalias, en el norte del país. Aquel día miraba tu mano derecha esperando la señal de que me acercara. Con la mano izquierda señalabas las flores de loto donde se ocultaban las aves. Tensé el arco, grité, se espantaron y, las flechas fueron saliendo directas al corazón de las ocas. Fueron cayendo a las aguas del Nilo. Sonreías. Las aves heridas, teñían por unos instantes de rojo la corriente.

Te abracé, respondiendo a la señal de tus brazos y de tu sonrisa. Fue tan íntimo nuestro encuentro como cuando los Siete brazos del Delta estrechan las aguas de su amante el mar de los romanos.

Después hablamos…

Sí, en la Plaza de la Liberación, corazón de la Fuerte, de la Victoria, bulle la libertad. Igual pasa en mis pensamientos.

Fui en busca del nombre secreto de RA para robarle alguno de sus poderes divinos. Quería dominar mi libertad, como la conseguida en Midan Tahrir por nuestros vecinos de Al-Qahira.

Pero, tenía muchos nombres. ¿Cuál de ellos, en caso de que llegara a conseguir mi propósito, sería el que me diera a conocer la historia de mi vida, la soñada como protagonista?

Uxa, tú ya sabes, que conocer la inmortalidad de las palabras, la magia de su pronunciación, nos lleva hasta el Paraíso.

En una encrucijada de mi búsqueda me topé con Isis y los Siete Escorpiones que le acompañan. Uno de ellos, Mestet, intentó atacarme, Huí con la noche.

Una sacerdotisa de Nut, la gran diseñadora, me tendió su mano. Su mirada era pura y sagrada, emergía de sus ojos una existencia azul. Me llevó a un lugar cerca de la orilla del Nilo. Sobre la hierba nos sentamos envueltos en la piel de las flores de loto.

Sentí sudor y temblores como si me hubiera introducido veneno la serpiente que mordió la carne de RA, cuando empezó a decirme:

-A la orilla del olvido enterramos el amor verdadero. Belit, ¿por qué te alejaste de Alejandría? ¿Fue por aventuras guerreras o en busca de otros amores?

-No sé qué decir –le contesté- tal vez es que hay algo hipnótico en la infidelidad.

-Has perdido la razón –sentenció.

Yo miraba con nostalgia como huía el hechizo del momento bajo la luna, como se perdía el reflejo de las estrellas en las sagradas aguas de nuestro río.

-Los grandes amores ¿no han sido sobre todo grandes protagonistas de lo prohibido?

-Ven conmigo a los Huecos del Horizonte donde viven las almas de los dioses.

-No quiero ir.

Soltó mi mano y se sumergió en un vacío de luna y silencio, en una extraña lejanía. El rumor de las ramas de la higuera al ser mecidas por el viento me sumió en un sueño profundo.

Soñé que me zambullía en amores y aventuras, y como la efectuada por Asteria que creó una isla en el mar, nacían de las escapadas de las rutinas diarias.

La fuerza de este relato retiene con fragilidad el eco de un amor vivido a medias, malgastado. Las palabras se vuelven desabridas, difíciles de pronunciar.

Uxa, la vida es una espiral, jamás está inmóvil.

¡Oh, Temu! que haces existir a los hombres justos, señor de dulzura, grande del amor, brilla y vive en nosotros.

BELIT

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