Con el silencio del invierno, el amor, vacío de luz, es un barranco hosco que duerme en los brazos del olvido.
¿Cuándo despertará la primavera de piel picante? ¿Cuándo el cielo oscuro se alejará? En su ausencia, la soledad se llena de ese perfume que magnifica la belleza de recordar los momentos pasados en las fiestas en la estación del trigo que brota.
¿Has olvidado aquel momento? Cuando nos sentimos transportados a la región de la luz. Cada caricia de nuestros dedos, provocaba abundancia de pasión. Nos sentimos grandes, como cuando el Faraón se transforma en golondrina para subir al cielo. La última luna se reflejaba en tu piel, sobre el vientre, y el Nilo lloraba de alegría. Yo tenía cuidado de tus besos, antes dulces como el fruto del algarrobo, en ese momento, eran amargos como el de la genciana. Mi marcha de Alejandría era eminente. Tu espíritu dejó de ser feliz, dejó de ser verde vigoroso como el papiro, pues, no te di a conocer mi nombre. No debo hacerlo, el nombre que me dio el sacerdote del templo de Ra, solo puedo revelarlo si llego a conseguir ser digno.
Te dejé dormida bajo el sicomoro entre flores de loto. ¡Ojala este recuerdo fuera un hechizo eterno! A veces ocurre, la memoria estalla y, todo es presa de la duda, duda espesa.
Para recordarte guardo caricias en la bodega del tiempo: esa lenta forma de quitarte las prendas; tus manos ocultando parte de tu desnudez; ese laberinto de curvas, barco a la deriva mis manos, en aquel mar de carne trémula.
He recibido tus dos pergaminos en la ciudad de Tebas. Estoy con Djehuty, escriba real de nuestra Hatshepsut, ayudándole a pintar y escribir en su cámara mortuoria. Tú sabes que, en el camino hacia NUT, “la cielo”, desde GEM “el tierra”, debemos enfrentarnos a numerosos obstáculos. Mi señor se está preparando la tumba con todas las instrucciones, oraciones, presentes y recomendaciones. Todas las paredes y techo son como un libro mágico.
Por mi parte le he instruido sobre varios sortilegios que le permitan convertirse en golondrina, cocodrilo o serpiente, y le ayude a sortear esos escollos. Espero se reconozca mis méritos. Así quedaré en libertad de pronunciar mi nombre. Mi nombre lo grabaré en los pendientes, recién traídos de Nubia, que recibirás como regalo, llegado el caso. Hatshepsut, nuestra hermosa faraona, los luce realzando su divina hermosura.
Que tu corazón sea tan ligero como la pluma de Maat y seas reconocida como justa y tengas acceso a la eternidad.
Belit desde Tebas dispuesto a salir hacia…
ATHO