“Nuestro pensamiento es limitado. Sin embargo, todo
cuanto seas capaz de imaginar puede existir. No hay nada que sea imposible”.
FUN CHANG.
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Este día mis pensamientos comprenden sin razonar, sin
disimulos. Ningún amor desconocido emerge de un lugar invisible. Se siente
antes que nada. Y parece fluido. Es el dintel de la felicidad. Existe. Es la
ocultación de la realidad en el albergue del misterio.
Estoy viendo blancas nubes ancladas con puñales de luz.
Los horizontes duermen desparramados por los caminos dibujados por numerosos arbustos
de las mariposas. El viento aleja las sombras al fondo de los barrancos. Este
aire húmedo de la mañana, se arrastra entre los troncos de las palmeras como un
rio triste.
El oasis flota en un grito de primavera. Todos los
árboles claman por la majestad del momento con destellos románticos, misterio
de un indómito resurgir de la vida que barre las dunas del pesimismo y la
melancolía malsana.
Desde la orilla del rio, esta noche pasada, vi bañarse a
la luna rodeada de escamas blancas. Se fue de mi mente, como de una lumbre, la
sombra de la duda.
Tal vez pueda escribir poemas, en estas tardes soleadas,
poemas que rompan la distancia. Como dice mi amigo Atho: La Eternidad se frota
los ojos y, su sonrisa, ilumina los silencios.
Cuando regrese a Tebas terminaré de contarte todas mis
aventuras. No creas que la mayoría sean heroicas y hermosas. Muchas de ellas
son retajos de sueños tristes, pasiones de las que brotan ramas llenas de
flores secas, de mares sin playas que acariciar. Situaciones raudas que se
acercaron desde horizontes llenos de locuras inconfesables.
El polvo que levanta la caravana ya no me deja ver la
belleza de la tierra que dejo atrás.
Espero estar en Egipto para el solsticio de verano, para
celebrar las fiestas en honor de RA, el resurgir del Gran Loto Blanco.
No iré a Tombuctú. Un tuareg, que dice ser hijo de un
miembro de la Madraza de Sankore, me ha dicho que no existen árboles de los
cuales cuelguen racimos de oro y que, no es oportuno ir, pues, hay rumores de
guerra civil.
Estamos cerca de Cineas, junto a Licia. Quiero asomarme a
la fuente del oráculo de Apolo para saber algo de mi próximo destino.
Uxa, que la inflexible Átropos, tarde muchos años en
cortar tu hilo de vida con sus tijeras de oro.
BELITSERI